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época ceramic ©
Conocimos el trabajo de Sonia y Jaime el pasado año, durante unos días época no paraba de surgir en las conversaciones de nuestro estudio. Nos cautivó su atención al detalle, lo orgánico de sus piezas y la calma que nos transmitían. Aunque fabriquemos productos distintos y estemos separados casi seiscientos kilómetros, de algún modo sentimos una conexión esencial con ellos.
Uniendo los puntos que tenemos en común nace esta serie de lámparas, basadas en el amor por los materiales naturales, sus texturas y colores, una producción limitada de diseño imperecedero fabricada de manera artesana y local. Con motivo del lanzamiento de las piezas, quisimos charlar un rato con ellos.
Pepita de Oliva ©
Hola chicos ¿Cómo estáis? Hace poco recibimos la versión final de las lámparas y estamos muy contentos con el resultado ¡Son increíbles! ¿Qué nos podéis contar de ellas?
Sonia: Nos gusta que cada pieza la gente la interprete como sienta pero en ésta en concreto, está inspirada por una historia muy especial. Durante un momento concreto de mi vida, una persona me regaló una figura que me trajo muy buena fortuna. Posteriormente, empecé a hacer esculturas que recordaban a un elefante, un animal fuerte, longevo y con una gran presencia, dando lugar a piezas como esta.
También os contaré que cuando diseño algo, no me obsesiono, las formas no nacen de una idea preconcebida o un estudio. Una de las cosas que mas nos gusta es que fluya la creatividad, al dejar fluir estas sensaciones aparecen cosas que están dentro de ti.
«Sonia: Nos gusta que cada pieza la gente la interprete como sienta pero ésta en concreto, está inspirada por una historia muy especial.»
¡Que maravillosa manera de trabajar! Nosotros vemos en las lámparas un diálogo muy equilibrado entre la idea y el material ¿Podéis hablarnos mas concretamente del proceso?
Sonia: Pues depende de la pieza, hay algunas que tienen un gran margen de improvisación y dejas que el material te lleve. Tenemos muy claro lo que nos gusta de la cerámica y lo que queremos aprender de ella, por ejemplo, nos gusta dejar la arcilla al natural y trabajar de una manera libre. Surgen cosas sin darte cuenta y acabas con una pieza terminada que evoca un momento vital concreto, cosas que has aprendido sin ser muy consciente de ello. Luego hay gente que ve algo totalmente diferente, nos gustan mucho las interpretaciones que la gente hace ¡Al fin y al cabo lo subjetivo del arte es lo que lo hace interesante!
La tendencia del momento, especialmente en decoración, nace de la aplicación de la filosofía Wabi-sabi (侘寂) que combina la atención a la composiciones minimalistas, con la calidez de los objetos provenientes de la naturaleza, en que la vosotros encajáis a la perfección. ¿Cómo veis este fenómeno?
Jaime: Nos sentimos muy identificados e inspirados. Para nosotros, el tiempo es un factor importante, la unicidad, una pieza que te va a acompañar todo el tiempo y va a perdurar. Los materiales naturales van adquiriendo una pátina con el paso del tiempo, como ocurre con una mesa o una tetera que son objetos utilitarios que usas en el día a día.
Hoy en día se dicen cosas contradictorias en cuanto al Wabi-sabi y es fácil confundir el término o usarlo a la ligera. Puede ser algo poco evidente a primera vista, requiere cierto entorno y preparación.
«Lo que realmente influye es que tu estés bien, estés donde estés, esto lo hemos aprendido viviendo aquí, de nada sirve escapar.»
Nosotros pensamos exactamente lo mismo. Las piezas de calidad, con un diseño sencillo y materiales honestos son las que nos definen.
Comenzasteis trabajando en un estudio del centro de Madrid y ahora estáis establecidos en la sierra ¿En que medida influye vuestro entorno mas inmediato en vuestro proceso creativo? ¿Qué es lo que más apreciáis de trabajar en el campo?
Sonia: Hay una idea generalizada de que el campo o un lugar apartado, puede ayudarte a trabajar mejor, a inspirarte… Pero lo que realmente influye es que tu estés bien, estés donde estés, esto lo hemos aprendido viviendo aquí, de nada sirve escapar. Madrid sin duda es un ritmo frenético y habrá personas a las que le funcione, que se sientan motivadas y estimuladas pero para nosotros tener el mar o el bosque cerca definitivamente es lo que nos ayuda.
Venirnos aquí ha sido un antes y un después. Es un pueblo con todas las comodidades de un barrio, la gente se conoce y se saluda y las gestiones son mas fáciles. Lindamos con la montaña, es lo mismo que vivir en el bosque pero tenemos el pueblo a diez minutos.
Pepita de Oliva ©
Nosotros somos grandes defensores de los espacios que evocan calma y nos permiten enfocarnos en lo verdaderamente importante, aunque depende en gran parte de cada persona y sus necesidades y gustos ¿Cómo creéis que influye el ajetreo de las grandes ciudades en las personalidades creativas como las vuestras?
Jaime: Opino parecido a ti, depende totalmente de la persona y a lo que a cada uno le estimule. Como hemos dicho antes, somos dos personas sensibles a la vista, a un entorno bonito, agradable y tranquilo. Es algo muy personal, ver árboles o horizonte, cosas que son realmente sutilezas, nos parecen muy importantes. De hecho la gente nos dice que nuestro entorno se refleja en el trabajo que hacemos y que las piezas les transmiten precisamente tranquilidad.
Pepita de Oliva ©
¡Lo entendemos perfectamente! Nosotros estamos en contacto directo con el mar y es algo realmente importante. Queríamos hablar de otro punto que tenemos en común: al igual que nosotros, incorporáis madera en algunas de vuestras piezas (como vuestras preciosas teteras) y percibimos un gran amor y respeto por ella.
Jaime: La madera es un producto muy honesto y vivo, parecido al barro, muy natural. Con el tiempo adquiere una pátina muy interesante. Para mi es algo muy personal, en un momento de mi vida trabajé con madera, únicamente con la voluntad de querer hacer algo propio, y a partir de ahí, junto con Sonia, descubrimos la arcilla. Queremos poco a poco que vaya cobrando más protagonismo incluso el mismo que la arcilla.
La posibilidad de hacer trabajar con los materiales que te ofrece la naturaleza nos atrae muchísimo. Siempre empleamos objetos que encontramos, vamos poco a poco guardando piezas que no sabemos bien cuando las vamos a usar. De hecho, hace poco estuvimos de viaje y nos trajimos unas preciosas ramas de acebuche. Los japoneses por ejemplo aprecian bastante este tipo de maderas lavadas, uniformes y erosionadas por los ríos.
La verdad es que a nosotros el nombre “Época” nos evoca muchas cosas ¿Qué os transmite a vosotros y por qué elegisteis esta palabra?
Sonia: No había forma de encontrar un nombre. Un día que estábamos sentados en el taller, ya teníamos todo y «época» surgió como una palabra de la que nos gustaba la sonoridad. Desarrollamos el concepto a partir de ahí. Una época que estamos viviendo, una época concreta en la que esos diseños nos empezaron a surgir. Le dimos el sentido después. Yo estudié diseño gráfico, por lo que la tipografía, los caracteres y demás encajaban también.
Un poco como las piezas entonces, sin una guía clara se empieza y no se sabe muy bien a donde va. Solamente con el paso del tiempo podemos ver todo el sentido ¡Muchas gracias chicos! Nos ha encantado charlar con vosotros.