Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.
El proyecto surge de la idea de habitar en un espacio que pueda ser entendido como un refugio, y que recuerde a las viviendas nórdicas con cubierta a dos aguas y fachada de madera.
Sin duda, un proyecto muy especial para Pepita de Oliva, donde nuestra participación va desde el inicio hasta el final, de la mano con el cliente, atendiendo a sus ideas y necesidades.
Planteamiento
La vivienda se sitúa en un entorno urbano, tranquilo y próximo al mar. La pendiente es uno de los condicionantes del proyecto, que aprovecha la misma para crear dos volúmenes que emergen del terreno y confluyen en un punto, donde se encuentran las comunicaciones verticales y horizontales de la vivienda. Estas son delimitadas por dos muros de hormigón visto, que forman parte de la estructura portante del edificio y le dan un carácter más industrial a su interior.
Este espacio conecta, por un lado, la banda este con la banda oeste, diferenciándose la zona de día con la zona de noche respectivamente y, por otro lado, la planta baja con la planta primera, diferenciando la zona más pública de la privacidad de la suite de la planta primera.
Materiales
El proyecto apuesta por materiales nobles, como el hormigón, el zinc, el aluminio y la madera. Para reforzar la idea de vivienda como refugio, se escogió este último para el suelo con un sistema de calefacción radiante, que aporta calidez en contraposición con la frialdad de los muros de hormigón.
La fachada está revestida también de madera (en este caso teñida de negro) generando una gran eficiencia energética.
Las carpinterías son de aluminio y la cubierta de zinc.
Programa
Por último, atendiendo al programa, el volumen se estructura en dos niveles: La planta baja abarca en su banda este un salón-comedor-cocina a doble altura, aseo y lavandería y, en su banda oeste, sala de máquinas, baño y dos dormitorios auxiliares. En la planta primera se encuentran las estancias de uso más privado, como el estudio, vestidor, baño y dormitorio principal.
«Mi casa es mi refugio, una pieza emocional de arquitectura, no una pieza fría de convivencia.»
– Luis Barragán.